El Crucifijo de Cimabue podrá admirarse en Arezzo
La basílica de San Domenico de Arezzo, fundada en 1275 y terminada en el siglo XIV, es un fascinante ejemplo de arquitectura gótica. Con una sencilla fachada de ladrillo y un espacioso interior iluminado por vidrieras, la basílica no es sólo un lugar de culto, sino también custodio de importantes obras de arte, entre ellas el famoso Crucifijo de Cimabue. Cimabue, nacido en Florencia hacia 1240, está considerado un pionero de la pintura italiana, conocido por su estilo innovador que combina realismo y expresividad. Su Crucifijo, creado entre 1268 y 1271, representa a Cristo en una pose dinámica y sufriente. La obra fue objeto de importantes restauraciones en 1917 y 2005. Hoy en día, la basílica está abierta a los visitantes todo el año, ofreciendo una experiencia artística y espiritual única.